Uno de sus secretos era ése.
De tarde en tarde, lo desplegaba en su rincón favorito y lo miraba hasta que llagaban ellos.
Después lo guardaba nuevamente y murmuraba en un idioma ininteligible.
El otro era mas simple. Lo exhibía sin pudor, cotidianamente, murmurando frases conocidas.
Su ultimo secreto es este. Y el se pone triste porque, de los tres, es el único que no puede descifrar.
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Mini relato Avisos
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